Clase 4: el diálogo
La idea de retratar cómo hablan las personas, pero no sólo en relación a las palabras, sino cómo las dicen... Sus modos de habla... enriquece el texto y el da la voz a los protagonistas...
Es importante saber cuándo hacerlos hablar y qué dirán...
Lectura recomendada
Josefina Licitra
Actividad
Redactar un diálogo de la vida cotidiana, que tenga un sentido periodístico
TEORIA
Decálogo del diálogo: recomendaciones
1)
¿Para qué sirven
los diálogos?
Para
proveer información de personajes
(comportamiento, personalidad)
Para
exteriorizar los deseos, sentimientos y pensamientos de los personajes por boca
de ellos, sin que el periodista acuda a la omnisciencia
Para
hacer avanzar la trama ahorrando sumarios narrativos
Para
romper la hegemonía de la voz narrativa –en primera o tercera personal- y que
puede resultar monótona
2) Eliminar los detalles poco
relevantes o triviales
Hay
que emplear el diálogo para las informaciones realmente importantes, para
dotarlo de acción, tensión o emoción. O brindar características del personaje
(Ej.temperamento). Evitar las presentaciones, saludos, conversaciones o
detalles triviales, que no aporten a la historia.
3) No olvidarse de las
acotaciones que sirven para dar visibilidad a la escena donde se produce el
diálogo
Las
acotaciones o incisos son tan importantes como los parlamentos. No tiene mucho
sentido una larga sucesión de parlamentos, uno debajo de otro. Puede cansar y
aburrir. Pero es importante incorporar esas acotaciones o incisos que muestran
qué hacen los personajes, conocer sus movimientos y gestos; para saber dónde
están y conocer el escenario en el que se encuentran.
4) Escribir parlamentos y
acotaciones proporcionadas
Recordemos
que el diálogo se divide en dos partes: el parlamento y la acotación. El
parlamento nos indica lo que los personajes dicen. Es la reproducción
textual de sus palabras. La acotación, también llamada inciso, nos
proporciona información sobre quién lo dice, cómo lo dice, de qué forma y dónde
lo dice. No es obligatorio
escribir una acotación por
cada uno de los parlamentos, pero suelen ser muy útiles tanto para enriquecer
la historia, al proporcionar más visibilidad, como para la comprensión general
del texto.
Lo
habitual es que el parlamento tenga, en líneas generales, algo más de extensión
que las acotaciones e incisos. Aunque esto no tiene por qué darse,
necesariamente, en todos y cada uno de los parlamentos. Pero es
habitual que el conjunto de los parlamentos de un diálogo tenga más extensión
que el conjunto de las acotaciones o incisos.
Es
lógico si pensamos que los diálogos sirven para dar dinamismo a la escena, al
aumentar la velocidad de lectura y, por tanto, acelerar el ritmo narrativo. Si
esto no es así en un diálogo de nuestra crónica, el efecto que produce resulta
bastante extraño. Vemos este error con un ejemplo:
—¡Devuélveme el secador! —dijo Ana mientras miraba
a María con cara de perro rabioso y le amenazaba con la punta de su cepillo de
pelo.
—¡Ni lo sueñes! —respondió María que
estaba en ese momento frente al espejo del cuarto de baño y se secaba los
rulos.
5) No cambiar de narrador en las
acotaciones
Si en el texto se utiliza un determinado narrador, no se
puede cambiar en las acotaciones. Esto vale tanto para la forma personal
como para el tiempo verbal.
Ejemplo incorrecto:
Un jueves a la noche, regreso de la Universidad y
me encuentro con mi amiga Silvana.
—¡Cuánto tiempo sin verte! —le dije.
—¡Es cierto, Cristina! ¿Qué es de tu
vida? —preguntó Silvana mientras
abrazaba a Cristina..
Si el narrador está
en primera persona y utiliza el tiempo presente, en los incisos también.
Lo correcto sería:
Un jueves por la noche, regreso de la
Universidad y me encuentro con mi amiga Silvana.
—¡Cuánto tiempo sin verte! —le digo.
—¡Es cierto, Cristina! ¿Qué es de tu
vida? —pregunta mientras me
abraza.
6) Los diálogos también son
acción
Sabemos
que lo que pone en marcha una historia son las acciones que emprende el
personaje de nuestra crónica. Y eso es algo que no hay que olvidar a la hora de
escribir diálogos. Para que el diálogo sea también una acción, debe poder
influir en los personajes que intervienen en el diálogo, debe contribuir a
hacer avanzar la historia y, por tanto, producir también, de alguna forma, un
cambio o transformación en el protagonista o protagonistas.
7) El registro debe ser adecuado
a la cultura y origen del personaje.
Hay que respetar los sociolectos, los
modismos, los rasgos socio-culturales que denota una voz. No emprolijar o
corregir, salvo que no se entienda bien, en cuyo caso conviene aclararlo con
alguna acotación.
Ejemplo de Pollita en fuga
:
--Hoy
me llevaron a declará, pero dije que no hablaba si no estabas. Dijeron que te
estaban llamando y no te encontraban.
Habla
como una tumbera en Andalucía. Semorile putea entre dientes: nadie lo llamó,
nadie le dijo que Silvina estaba en Tribunales.
-Entonce
me querían hacer firmar un papé, pero yo digo si no leo no firmo. Entonce leo
tatatá tatatá y de golpe leo no se qué secuestros exprés y entonce no firmé.
Puse apelo.
Sonríe
casi como en sueños. Entre los párpados cansados hay un hilo de pupila que
brilla.
-Y
cuando el tipo leyó me dijo pero qué apelá, por qué apelá. Y yo le dije: apelo
porque no entiendo lo que dice, je.
8) Reflejar la emoción del
personaje
Lo que un personaje
dice también refleja lo que siente y cómo se siente. Hay que estar atentos a
esas palabras y expresiones que reflejan estados de ánimo o sentimientos;
también a los gestos y los tonos de voz que acompañan las palabras, porque el
lenguaje no verbal dice mucho y lo podemos explicitar en un inciso.
--Cuando me dieron la noticia del accidente por
teléfono, no podía reaccionar—contó la
madre todavía con la voz temblorosa.
9) Diálogos mal puntuados
La mala puntuación en los diálogos no solo da
mala imagen, también puede generar confusiones al interior de la crónica.
Existen muchas
formas de puntuar los diálogos. Vamos a convenir en emplear la raya, en lugar
del guión, y del modo clásico.
10)
Claves
de puntuación en los diálogos
·
Usaremos
rayas no guiones.
·
¿Acotación
con mayúscula o minúscula? La
acotación comienza por minúscula cuando la acotación lleva verbo de habla, y
por mayúscula cuando no lleva verbo de habla.
—Voy
a aprender a escribir diálogos de una vez por todas —dijo Marcos.
—Creo
que ya lo he entendido. —Y se sentó a escribir.
·
¿Una raya o dos rayas? ¿Dónde
las coloco? Siempre
pegadas a la acotación. Dos rayas si el parlamento continúa, y una raya primero
y un punto al final, si después de la acotación no escribimos nada más.
—Quiero
mejorar mi escritura —dijo Amalia—. Pero eso requiere
estudio y dedicación.
—Aprendamos juntas —dijo María—, y
repasemos este ejercicio.
—Voy a aprender a escribir diálogos de una vez por
todas —dijo Marcos.
·
¿Dónde dejo espacios? Si solo hay una raya, antes. Antes de
la primera raya y después de la segunda y del signo de puntuación del
inciso. Tengas o no verbos de habla. Fíjarse de nuevo en los ejemplos
anteriores.
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